Qué son las ‘Passivhaus’ y cómo convertir tu casa en una de ellas

Disminuir los efectos del cambio climático se ha convertido en una prioridad para los arquitectos, interioristas y líderes del sector, favoreciendo la proliferación de nuevas formas de construcción de viviendas eficientes y sostenibles. Una de ellas ha sido la conocida ‘Passivhaus’, un tipo de edificación altamente eficiente que busca reducir al máximo la demanda energética del hogar.

Pero ¿qué es lo que hace tan especial a este tipo de vivienda? En Rocersa te contamos todo lo que necesitas saber sobre las casas pasivas y las claves para convertir tu hogar en una de ellas.

 

¿Qué son las ‘Passivhaus’ o casas pasivas?

El concepto de ‘PassivHaus’ tiene su origen en Estados Unidos, aunque no fue hasta los años noventa cuando se perfeccionó en Alemania con la creación del Instituto ‘Passivhaus’ y su estándar de certificación.

Este diseño nació como un modelo constructivo capaz de garantizar un confort en su interior con un consumo energético nulo, abasteciéndose exclusivamente de la energía generada por la propia casa. Es por eso por lo que el coste de la energía y su impacto medioambiental lo convierten en un sistema de construcción 100% sostenible.

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Características de las casas pasivas

El diseño de una casa pasiva se centra en cinco principios básicos:

  1. Un correcto aislamiento térmico

El uso de un buen aislamiento térmico en paredes, suelos y techos será crucial a la hora de aislar la casa del espacio exterior, especialmente en invierno, ya que evitaremos que el calor se escape. Por el contrario, en verano impediremos la transmisión de éste hacia el interior del hogar.

Asimismo, mientras que en una casa tradicional los aislamientos rondan entre 5 y 12 cm, en las casas pasivas se requiere de una mayor cantidad de aislamiento, siendo la recomendación de entre unos 15 y 20 cm de grosor.

  1. Eliminación de los puentes térmicos

Si queremos garantizar un correcto aislamiento deberemos tener en cuenta que no existan puentes térmicos, es decir, puntos débiles en la estructura de la casa a través de los cuales se puedan producir pérdidas de calor. Uno de los ejemplos más comunes es la colocación de ventanas de metal, pues éste se trata de un material cuya superficie es conductora de frío y calor, produciéndose así un puente térmico.

  1. Ventanas y puertas de altas prestaciones

Siguiendo la misma premisa, la instalación de ventanas y puertas de altas prestaciones jugarán un papel fundamental en la envolvente de la casa. Por ello, es importante su correcta elección y su puesta en obra para evitar la existencia de filtraciones de aire.

Algunas de las opciones son las ventanas de aluminio y de PVC que, si las sumamos a un acristalamiento acorde a las necesidades térmicas de la zona, pueden ahorrarnos considerables pérdidas de calor.

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  1. Hermeticidad

El principal objetivo de las casas pasivas es mantener el aire dentro de la vivienda, por lo que será esencial mantener una correcta estanqueidad para reducir la posibilidad de que aparezcan condensaciones que, consecuentemente, favorecerían la aparición de moho.

  1. Recuperación del calor mediante Ventilación Mecánica Controlada

Para asegurarnos de que no ocurran esos temidos inconvenientes, será imprescindible la instalación de un sistema de ventilación permanente con recuperador de calor, el cual garantizará la baja concentración de niveles de vapor de agua, manteniendo el equilibrio idóneo. Gracias a este método no será necesario abrir las ventanas para ventilar, y el aire que entra a la vivienda se climatizará con el aire que sale de la misma, evitando así la entrada y salida indeseada de calor.

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Ventajas y beneficios de las casas pasivas

Una vivienda ‘passivhaus’ ofrece numerosas ventajas y beneficios. Entre ellos podemos encontrar los siguientes:

  • Ahorro en el consumo de energía. Sin duda, este es el beneficio más destacado de las casas pasivas, pues necesitan hasta un 90% menos de energía que una casa convencional y, por ello, supone un ahorro económico
  • Sostenibles con el medioambiente. Una ‘passivhaus’ es menos contaminante que cualquier otra vivienda, debido a que la única energía que consume es totalmente renovable, por lo que las emisiones de CO2 serán mínimas.
  • Más saludable. Gracias a la constante renovación de la ventilación del interior de este tipo de viviendas, es posible controlar el nivel de humedad, evitando la proliferación de ácaros y, por ende, de alergias y/o polución.
  • Amortizable. Pese a que construir una casa pasiva supone una gran inversión económica, ésta se compensará, posteriormente, con el ahorro en el consumo energético. Además, se revalorizará si en algún momento tienes pensado vender o alquilar la propiedad.

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Si ya tengo una casa, ¿cómo puedo convertirla en ‘passivhaus’?

Hoy en día, cualquier vivienda puede hacer la transición hacia la eficiencia energética. Aunque, sí es cierto que requerirá de una mano obra para conseguir adaptar la vivienda a los estándares de las casas pasivas.

Del mismo modo, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones previas que condicionarán esta posibilidad:

  1. La orientación. La vivienda deberá tener una cara orientada al sur y otra al norte. De esa forma, se podrán aprovechar las horas de sol para calentar la casa en invierno y la ventilación en verano.
  2. La ubicación. Si vivimos en una zona bastante cálida tendremos que prestarles atención a las sombras naturales, sin embargo, si vivimos en una más fría valoraremos aquellas zonas con mucho sol.
  3. La protección solar. Pese a que la luz solar es fundamental en el consumo energético de las casas pasivas, deberemos hacer uso de materiales que nos ayuden a proteger el revestimiento de la vivienda frente a la incidencia del sol directo. Un ejemplo podría ser la cerámica, puesto que es un material altamente resistente a las condiciones climáticas extremas.
  4. El diseño. Aunque las ‘passivhaus’ no tienen un diseño arquitectónico predefinido, será conveniente atender a ciertas recomendaciones:

Si la ubicación de la casa pasiva se sitúa en una zona cálida, una arquitectura abierta favorecerá la contante ventilación y, por ende, tendremos una casa más fresca. Para ello, los colores claros en el revestimiento serán más apropiados, pues reflejarán la luz solar y reducirán el calor.

Si, por el contrario, la ubicación de la casa pasiva se sitúa en una zona fría, una arquitectura cerrada mantendrá el calor en el interior. De esta forma, los colores oscuros en los revestimientos exteriores de la casa atraerán los rayos solares y calentarán la vivienda.

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En definitiva, las ‘passivhaus’ o casas pasivas son una alternativa muy interesante si estás interesado/a en adquirir una vivienda sostenible que, además, destaque por su menor consumo de energía.